Resumen
El presente trabajo contiene reflexiones en torno a la conciencia ética como parte inherente al ser humano y que determinan nuestras formas de comportamiento, de ser, hacer, vivir y convivir en el día a día en todos los contextos en los que participamos o nos integramos. Es un ejercicio de valoración personal que contiene algunas propuestas de acción para contribuir en la ética propiamente humana o antropoética e incidir en los diversos ámbitos de acción propios de la cotidianeidad y estableciendo criterios a considerar en el ámbito de investigación que recién inicio.
REFLEXIONES SOBRE LA CONCIENCIA ETICA.
Siempre he tenido la convicción de que la ética determina la forma de conducirnos y comportarnos en la vida cotidiana, de echo en el ensayo final que entregue en el módulo propedéutico centro mis ideas en que la ética profesional de los docentes define el rumbo de su quehacer en el aula y por ende el de los aprendizajes de los alumnos, considerando ésta afirmación se puede identificar que la ética nos acompaña en todos los ámbitos de nuestra vida, tanto en el plano personal como profesional e involucra elementos que tienen que ver con la valoración del desempeño personal, con la comprensión del género humano, con la tolerancia y el respeto, con la conciencia del impacto de nuestros actos y relaciones.
Será pertinente por lo tanto reflexionar sobre lo que queremos dejar a nuestro paso, y pensando que el ámbito de desarrollo profesional es la educación, debemos hacer un alto y considerar que de manera conciente o no, estamos contribuyendo en la formación de una nueva generación de ciudadanos pero al mismo tiempo incidimos también en las personas con quienes trabajamos cotidianamente.
La ética entonces, define los estilos de ser, hacer, vivir y convivir de cualquier ser humano y se presenta en los actos cotidianos de la vida, en cualquier contexto en que participemos o en el que estemos involucrados. En palabras de Morin (1999) “la concepción compleja del género humano comprende la tríada individuo-sociedad-especie”… “de donde surgen nuestra conciencia y nuestro espíritu propiamente humano”.
Sin embargo, es preocupante observar como la conciencia de la importancia del sentido ético en la vida de las personas es un tema que se ha considerado hasta ahora poco valioso como para dedicarle espacios de reflexión al respecto, por lo menos en el ámbito de trabajo en que me desenvuelvo.
Si esta condición pudiera modificarse, estaríamos avanzando en la autoevaluación de nuestro hacer pensando en la mejora continua de nuestra persona y por supuesto de la labor profesional que desempeñamos, al respecto Visca (2007) habla sobre la consciencia ética como “la capacidad de razonamiento sobre las propias acciones que implican valores y que inciden en los demás”.
Bajo estas ideas es que puedo afirmar que el primer paso para transformar nuestro comportamiento en busca de “la mejor comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad” (Morin, 1999) sería precisamente tomar consciencia del impacto de nuestros actos personales y profesionales en las personas que nos rodean y con las que tenemos contacto día a día. De esta manera estaríamos realizando un ejercicio de autovaloración, encaminado a la mejora permanente de nuestro desempeño en todos los ámbitos.
Hablar de autovaloración implica la comprensión sobre sí mismo, lo que redundará en la mejor comprensión de nuestro entorno y de quienes nos rodean en cualquier contexto puesto que “la comprensión necesita apertura, simpatía, generosidad”…, “involucra al mismo tiempo la comprensión de las palabras del otro, de sus ideas, de su visión del mundo”. (Morin 1999), incluso “nos pide comprender la incomprensión” (Morin 1999), se ponen en juego de esta manera la intersubjetividad y la objetividad.
La conciencia ética en diversos ámbitos
Ámbito familiar:
Fácil escribirlo, pero que complejo se antoja comprender la incomprensión, en general, el ámbito familiar es donde se presentan el mayor número de relación, es el contexto donde se puede considerar que se esta ‘mas allegado’ a los demás, y la pregunta que surge es, ¿esto determina que exista mejor comprensión?, considero que no necesariamente pues existen ciertos obstáculos relacionados con “fallas en la transmisión de información” (Morin 1999) y sobre “valores imperativos” (Morin 1999), sin embargo, una forma de mejorar o erradicar dichos obstáculos puede ser poner en práctica la tolerancia, sobre todo en segundo grado que solicita el respeto de ideas de otros aún cuando sean antagónicas; por otro lado tiene relevancia “el bien pensar” (Morin 1999) que nos permite identificar tanto “las condiciones objetivas como subjetivas” (Morin 1999) que determinan el “comportamiento humano” (Morin 1999).
Ámbito profesional:
El ámbito profesional es quizá una de mis mayores preocupaciones y tendrá que ser una de mis mejores ocupaciones. Trabajar en el ámbito educativo a cualquier nivel implica un alto compromiso social, realmente estoy convencida de que los cambios sociales pueden cimentarse durante el proceso formativo y educativo que brindan las escuelas a sus alumnos, por lo que es fundamental que los actores educativos tomen conciencia de su conducta y formas de comportarse frente a los alumnos pues es necesario considerar que “la ética del educador trasciende el acto educativo y esta característica es parte indisoluble de la profesión” Castellano (2000), es decir, la relación, el ser, hacer, convivir y vivir del profesor impacta en la vida de los alumnos no sólo al interior de las aulas y las escuelas, sino que matiza todos los ámbitos extraescolares en los que se desenvuelven.
En las instituciones escolares se involucran otros actores fundamentales para el trabajo docente como son las supervisoras y los asesores técnico pedagógicos por consiguiente, es importante resaltar la conciencia ética desde cualquier trinchera pues todos los esfuerzos y el impacto del hacer de cada uno se verá reflejado en la experiencia formativa y educativa de los niños. Ayudándonos todos a pasar de la cultura de simulación a una cultura de autoevaluación a partir de reconocer a la ética como el determinante en nuestro comportamiento y maneras de ejercer nuestra profesión.
En relación al desempeño propio de los diferentes actores educativos existen -desde hace ya algún tiempo- competencias profesionales que se espera estén presentes en ellos, y entre las que se incluye de manera específica para los docentes frente a grupo “actuar bajo principios éticos sólidos expresados en una auténtica vivencia de valores, afrontando los deberes y los dilemas éticos de la profesión” (PRONAP 2008), curiosamente y para el resto de los actores educativos, esta competencia no se incluye a pesar de la importancia que representa para cualquier profesional de la educación, existen otras en las que pudiera inferir que se presentan algunos elementos que tienen que ver con la comprensión y la consciencia ética pero no se identifican de manera explicita como en el caso anterior.
Esto puede representar una de las principales causas de ciertas resistencias a brindarle la debida importancia como elemento que permitiría una autovaloración del hacer profesional y que configure nuevos perfiles profesionales, es decir, la falta de consideración sobre la conciencia ética como competencia común para los profesionales de la educación.
Para contribuir al respecto, en el contexto donde me desempeño he compartido algunas inquietudes e ideas respecto de la importancia de hablar, analizar y reflexionar sobre la necesidad de hacer evidente la conciencia ética como elemento que fortalece la valoración o autoevaluación del propio desempeño e incluirlas en el ejercicio de construcción de competencias profesionales específicas del contexto de trabajo puesto que se esta realizando un trabajo al respecto.
Dentro de las posibilidades que encuentro para el mismo fin, me será posible mostrar con el ejemplo en el ámbito de trabajo que desempeño como parte de mis funciones y al mismo tiempo, en las relaciones que establezco con las personas con quienes interactúo tanto a nivel profesional como familiar y de amistades, estableciendo normas implícitas de comportamiento y desempeño.
Será importante hacer evidente la presencia de algunos elementos que permitan desarrollar la ética de la comprensión, es decir, impulsar la tolerancia, el bien pensar y el respeto para dar lugar a las diferencias, a las diversas formas y visiones de ver el mundo, en un marco de escucha atenta, en donde la negociación sea un mecanismo de encuentros, dejando de lado las posiciones radicales y antagónicas.
Otro aspecto importante en donde considero que puedo incidir positivamente es en relación a evitar el plagio que observo es una práctica cotidiana en la producción o el trabajo de documentos en los cursos que se diseñan, me queda claro que el plagio se comete por dos razones, la primera tiene que ver con el desconocimiento de lo que el plagio significa y la importancia de erradicarlo, y la segunda razón es por falta de costumbre de incorporar en los documentos un apartado con las referencias o la bibliografía correspondiente. Al respecto invitare a mis compañeras de trabajo a corregir esta práctica y por otra parte compartiremos la forma adecuada de hacerlo para incorporarlo como parte de los elementos que debemos mejorar para ser especialmente cuidadosos al respecto.
Ámbito de investigación educativa:
Si consideramos que la conciencia ética esta presente en todos los actos de la vida de los seres humanos, es lógico afirmar que en el ámbito de la investigación educativa tomará relevancia y deberá estar presente en todas las acciones del investigador.
La investigación educativa se desarrolla en contextos en donde están presentes los procesos educativos, así como prácticas sociales determinadas por valores, dinámicas, formas de vida diversas. Contextos en donde la incertidumbre y la complejidad determinan las partes y el todo de los actores, acontecimientos, procesos y fenómenos educativos.
Inclusive, dependiendo del tipo de investigación de que se trate se establecerá cierto dialogo entre el fenómeno, problema y/o personas que intervienen en ésta. Es por ello que poner en práctica la ética de la comprensión y los elementos que la favorecen será sustantivo para cuidar la objetividad de la investigación y no sólo realizar un ejercicio a partir exclusivamente de la mirada del investigador.
Se trata de comprender la realidad, y en esa comprensión es importante ampliar la visión, el panorama, los comentarios y prepararse para los cambios cotidianos, entender el contexto, las relaciones, las tradiciones, entre otros.
Los párrafos anteriores hacen referencia al campo propiamente de la acción del investigador en un contexto determinado para llevar a cabo su trabajo, sin embargo, es importante mencionar que durante el momento de análisis de datos en que se confrontan las evidencias, las ideas y las posturas propias y de otros investigadores, será especialmente importante definir las ideas propias, las que se comparten con otros autores y las que sirven para sustentar, argumentar o afirmar posturas. Es precisamente en este último momento cuando debe cuidarse de no cometer plagio, es necesario mantenerse alerta para citar las ideas y posturas de otros autores o investigadores.
Manteniendo la conciencia ética, la integridad y la honestidad intelectual al tiempo que mejoramos la comprensión entre los seres humanos, procurando entender la complejidad y la incertidumbre propias de la investigación educativa, generaremos las condiciones adecuadas para emprender la aventura que representa la indagación de aspectos o problemáticas propias del contexto educativo buscando aportar con los resultados, información o elementos que mejoren la calidad de la experiencia escolar de los alumnos.
Referencias bibliográficas
Castellano, H .M. (2000) Ética, prejuicios y educación. Revista digital de educación y nuevas tecnologías Contexto Educativo, No.6. Recuperado el 03 de mayo de 2008 http://contexto-educativo.com.ar/2000/4/nota-0.htm
Morin, Edgar (2001). Los siete saberes necesarios para la educación a futuro. México: Correo de la UNESCO.
PRONAP (2008). Sistema Nacional de Formación Continua y Superación Profesional de Maestros en Servicio. Secretaria de Educación Básica. Secretaría de Educación Pública.
Rojas Soriano, Raúl (1992). Formación de investigadores educativos. México: Plaza y Valdés.
Visca, C. (2007). La educación en valores. Entre la teoría y la práctica. Publicaciones del CEIEC, Centro de Estudios Iberoamericanos para la educación y la cultura. Recuperado el 22 de mayo del 2008 de http://www.ceiec.edu.ar/pdfs/7.pdf
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Hola Male con que claridad y sencillez expresas tus ideas respecto a la conciencia ética. Me gustó mucho tu escrito.
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